Después de ese día aprendí
que si riegas mucho las plantas también se marchitan, que amar no significa
darlo todo.
Que el secreto es amar mucho,
pero menos que a mí misma, a no anteponer la vida de nadie antes de la mía y
que la única ausencia que debe asustarme es la propia.
Y después de ese día aprendí que ser
bonita es solo un complemento de la belleza, que los valores, ideales e
integridad te hacen ser una mujer hermosa.
Aprendí que no tenía por qué
culparme de nada, que no iba a encontrar
todas las respuestas y que a mi tranquilidad no le hacen bien los recuerdos
amargos.
Aprendí que mi error fue ser
demasiado buena, que no gane y que no perdí, sino me encontré. Que había estado
perdida, y no me había dado cuenta.
Que nunca es tarde para aprender
algo nuevo, que ayudar, compartir y
perdonar trae recompensas bonitas al alma.
Aprendí que debo confiar en la
voluntad de Dios, y que debo seguir siempre mis instintos. Que ante cualquier
adversidad debo sacudirme las rodillas, secarme las mejillas y andar así por el
mundo con la cabeza en alto. Que al final
de cuentas lo que es para ti, Te encuentra.
Y después de todo aprendí, que no hay mejor fórmula para el éxito que un
corazón Roto.
.9218.






